Una estrella suave

“I am the soft star that shines at night. Do not stand at my grave and cry. I am not there; I did not die”. (Irish funeral prayer)

“Soy la suave estrella que brilla en la noche. No se paren sobre mi tumba a llorar. Yo no estoy allí; yo no he muerto”. (Plegaria fúnebre irlandesa)

Hoy 27 de marzo, después de 23 días de agonía, murió Daniel Zamudio. Sobran palabras. Por eso tomamos prestadas las de esta plegaria muy antigua. Que lleven nuestra condolencia, consuelo, esperanza, a la familia y amigos de Daniel. Que ayuden a nuestra propia familia a compartir y aprender de este tránsito.

La más pequeña de nuestra tribu cree que “Darriel” aún está “enfermito” en el hospital, con su doctor. También cree que las velas de “cumpleaños” (para levantarle el ánimo, el jueves 22 pasado) y los chocolates que le llevó, todavía están en ese parque donde no hay cómo explicar -no a una niñita chica- que tanto se puede jugar en un resbalín a pleno sol, como perder la vida del modo más cruel y oscuro.

No sé, de verdad no sé, cómo le contaremos que este muchacho – de la misma edad de su hermana- ha muerto y partido (donde no sabemos, pero ojalá, algo semejante a un hogar de luz). O que su resiliencia y tezón no pudieron con tanta herida (23 días de agonía reflejan algo en él, profundo y atávico, sujetándolo a la vida hasta no dar más). Que no podrá llegar a viejito como se supone debía llegar.

Mientras encontramos la forma de decirle la verdad a Emilia, y de abrir muchas conversaciones más que son ineludibles (aunque deberán ser acordes a su edad y la de su corazón), nos aferramos a la imagen de esa “estrella suave” de la plegaria irlandesa, o de las miles de estrellas de El Principito. Que nos sostengan un poco para no caer rendidos de pena, de absurdo, de vergüenza también, por el flanco expuesto de nuestra manada, el no cuidado, ese país justo y gentil que le quedamos debiendo a Daniel (y todavía a nuestr@s hij@s) que ahora, debe descansar en paz. Nosotros no.


Fotografía del título: The Lion Rising