Lo “raro” es no verse feliz (identidad, diversidad, inclusión)

Un sencillo, hermoso y muy útil material para conversar con niños y niñas  sobre identidad (derecho a ser), diversidad (todas las personas somos diferentes) y estereotipos (presiones). Son los valores que entraña esta historia, aunque muy posiblemente no utilizaremos estos conceptos con los más pequeños para quienes pueden ser difíciles de recordar o comprender (para niñxs más grandes será más sencillo, y definitivamente, es un material que igualmente vale ser compartido y dialogado con adolescentes).

El relato es sobre un grupo de niñas que estudia ballet. Entre ellas, encontramos a una niña que no se conforma con lo esperado: ser delicada, disfrutar con el tutú, querer ser princesa en la obra que preparan. Ella es diferente, o “rara” decían sus amiguitas, pero en realidad sólo diferente. Ella es la única que se ofrece como voluntaria para hacer de príncipe. Un rol imprescindible para la puesta en escena, así es que todas sus compañeras estaban felices, por haberlas librado del sorteo para designar ese rol.

Gracias a esta posibilidad, ocurre un cambio asombroso y bello que no pasa desapercibido. Y no es el cambio de vestimenta, ahora de niño, o el corte de pelo, muy cortito. Es su expresión: por primera vez de felicidad. Lo “raro” no estaba en ella. Lo “raro” era que nunca la hubiesen visto así de contenta.  

Algunas proposiciones valiosas para conversar con los más pequeños:

– Todos y todas las niñas y niños son diferentes, en su apariencia, sus formas de hablar, de jugar, las cosas que les gustan más o menos, sus colores o ropas preferidas, sus personajes de cuentos favoritos, etc. Y todos los niños y niñas tienen iguales derechos a vivir bien y ser cuidados, y todos  merecen igual respeto.

– El respeto, para los más chiquitos,  es tratar bien al otro, sin condiciones o sin “peros”. No es según nos caiga bien o mal, o según sea más o menos cercano, o de dónde venga, o a qué prefiera jugar, etc. El respeto es igual para todxs, y la actitud es de consideración, pero sí, eso debe ser compartido de ida y vuelta con nuestros compañerxs y amiguitos/as: es decir, lo damos y también tenemos que recibirlo. Ese respeto se muestra en la forma de tratar, jugar, usar las palabras, los gestos, etc. Asimismo, el respeto tiene que existir en las relaciones de los adultos con los niños.

– No existen actividades sólo de niñas o sólo de niños, o juguetes, ropas y/o colores sólo para unas u otros. Cada niño y niña puede sentirse mejor y más feliz con distintas preferencias, o “favoritos”, y está bien, no quiere decir nada excepto que hay mucha variedad en lo que puede ser “favorito” para las personas.

– En el mundo existe mucha diversidad, en todo, por doquier: de plantas, de animales, de paisajes, de seres humanos y sus idiomas, formas de vestir, comer, jugar, trabajar, festejar, y también de vivir en familia (muchos parientes en una sola casa o poquitos; con una mamá y papá, con dos mamás, o dos papás, a veces será una mamá sola, o un papá solo, o con hermanos muy grandes que cuidan como si fueran los papas y mamás, etc). También hay mucha diversidad en la niñez: en niñas y niños de distintos continentes, países, ciudades, a veces, en un mismo barrio o colegio, la diversidad es inmensa! No hay “mejor” o “peor” o “raro” en la diversidad, siempre y cuando las personas se traten bien y sin violencia. Lo “peor”, lo “raro”, es lo que hace sufrir, lo que hace daño.

– Atención sobre un detalle: en una escena se menciona un grito de la profesora, y es recomendable detenerse en eso, aunque sea un punto mínimo en relación a cuán valiosa es la historia. Es una oportunidad para reforzar el tema del buen trato, y los gritos no lo son.

Gracias a OTD Chile por compartir este material